Si bien son innumerables, así como sus beneficios, el deporte (tanto colectivo como individual) nos aporta, además de salud, un aprendizaje inmedible de hábitos positivos y valores, los cuales repercuten en la sociedad en general.

A través del deporte, se potencian los ideales de disciplina, igualdad, compañerismo, perseverancia y generosidad, además del respeto. Pero, todo esto no se genera de manera automática, sino que debemos contar con un sistema que ayude a facilitar y desarrollar dichos valores.

Dentro de los valores habituales de un deportista, podemos numerar la aceptación, la honra y el compromiso. A nivel equipo, como individual, se fijan objetivos comunes y metas por los cuales competir. Pero nunca estamos solos, siempre hay un contrincante, un compañero, un entrenador o un árbitro/juez a quien respetar, más allá de la competencia. Por eso mismo, hay que remarcar la tolerancia y la educación en el desempeño de cualquier deporte. A su vez, actualmente, los deportistas son un ejemplo a seguir, por lo que sus comportamientos son valorados y juzgados por la sociedad. De esta forma, esos comportamientos tienen que reflejar el trabajo, la constancia y el respeto hacia todos.

A pesar de ser varios los valores que existen en el deporte, vamos a enunciar los más destacados:

  • Respeto: Se trata de la esencia de un juego sano y limpio. Es el más importante en cualquier deporte y la clave para nuestra conducta social.
  • Tolerancia: Desarrollar la paciencia y la constancia, son ingredientes importantes al momento de evolucionar.
  • Compañerismo: Es la clave fundamental para conseguir los objetivos de una forma óptima. La base es el trabajo en equipo.
  • Esfuerzo: Mediante el trabajo duro y la superación, podemos lograr grandes y mejores resultados.
  • Honestidad: Es fundamental ser humildes y valorar los esfuerzos del resto, así como los personales.
  • Autoconocimiento: Realizar prácticas de valor y autocrítica para seguir mejorando.

Todos estos valores aplican al deporte, pero fundamentalmente, aplican para toda nuestra vida.

Es importante gestionar de manera correcta y trabajar las actitudes, para no caer en ser influenciados por los valores negativos o contravalores. Es importante que trabajemos en conjunto, tanto dentro como fuera de la cancha para no caer en la Presión, la Violencia, la Rivalidad, la Intolerancia y la manipulación.

A su vez, fomentar el trabajo en equipo es una responsabilidad de todos: “la unión hace la fuerza”.

Fomentemos la Reflexión para aprender a pensar y objetivar las consecuencias de nuestras acciones, además de hacer visibles las conductas correctas. Desarrollemos el juicio moral, generando un progreso en nuestras actitudes. Controlemos nuestro comportamiento y analicemos las situaciones que suceden en nuestras prácticas, así como en nuestro desempeño social. Desarrollemos la empatía y hagamos hincapié en el respeto, tanto de adversarios, entrenadores, pares, etc. Dialoguemos y analicemos colectivamente las actitudes y valores que nos interpelan.

Nuestras conductas se forman dentro y fuera de la cancha. Trabajemos entre todos para seguir creciendo.